Para empezar, debemos aclarar que los primeros documentos que hacen referencia a estos aguerridos héroes hacen alusión al monasterio de Lindisfarne, que consta como el primer lugar documentado que asaltaron, en el año 793 d.C.. En ellos, los propios monjes, víctimas del asalto, nombran a estos temibles guerreros como “The Norsemen“, que puede traducirse como “los hombres del norte“, y es de suponer que así les conocían en su época sus víctimas y adversarios.
La palabra vikingos era, en realidad, un término que usaban estos hombre del norte, y que hacia alusión a una actividad. Su traducción correcta para entender esta expresión sería aproximadamente “ir de vikingo” y significaba salir de expedición. Estas expediciones tenían fines lucrativos, sustentados en rápidas razias, asaltos y pillaje. Estas incursiones se realizaban por mar, atacando las poblaciones costeras y fluviales, normalmente durante los meses de primavera y verano. Los logros, recompensas y riquezas obtenidos les permitían encerrarse a capear los duros meses de invierno que azotaban sus hogares.
Actualmente todos conocemos a esos famosos hombres de los mares del norte como los vikingos, aunque sea de forma “incorrecta”, y por eso desde el primer momento, sin haber pensado aún en el nombre del juego, lo llamamos Vikingos el juego de rol.
A medida que avanzó el proyecto fueron surgiendo otras alternativas, que tampoco citaremos ahora, pero siempre se acababa imponiendo la propuesta inicial. Quien sabe, quizás porque ya había calado en nosotros o quizás fue el destino, la cuestión es que cuando todo el sistema de juego ya había evolucionado nos dimos cuenta que era imprescindible poner ejemplos sobre funcionamiento del juego. De esta forma, al final de cada capítulo que incluía reglas, añadimos un apartado explicativo donde poner en práctica todas las diferentes situaciones que detallamos en él.
Para crear un hilo conductor que aunase los capítulos del libro, decidimos crear un personaje que iría evolucionando desde la creación de su ficha hasta el uso de la magia y a través de los demás apartados, como son el uso y mejora de habilidades, la acumulación de experiencia, el combate o las oraciones a sus dioses.
Este personaje, que debía encarnar los típicos valores vikingos, resultó ser un berserker al que, con el tiempo, convertimos en el héroe y personalización de libro Vikingos. Así pues, cuando llegó el momento de ponerle nombre, entre las más de 130 opciones que incluye el apartado sobre nombres masculinos, en el capítulo de la forma de vida, elegimos Rolf. Aparte de ser un típico nombre vikingo nos permitía mantener el nombre del juego que se había impuesto hasta aquel momento, “Vikingos el juego de rol”, haciendo una pequeña variación a la vez que un claro guiño a nuestro héroe y personificación de los ejemplos del juego.
Y así nació Vikingos, el juego de Rolf.